Los Arrancar (破面, アランカル, arankaru; lit.: Mascara rota) son Hollows que se han arrancado su máscara y han obtenido poderes de Shinigami. Al tratarse de seres espirituales, no pueden ser vistos ni percibidos por los humanos normales, y sólo son detectados por el resto de espíritus o por los vivos con ciertos poderes. Tras la traición del Capitán Shinigami Sōsuke Aizen y su partida al Hueco Mundo, los Arrancar se han convertido en los principales antagonistas de la serie, y en la más evidente contrapartida de los Shinigamis, al poder combatir también con una Zanpakutō.
Pocos Hollows tienen el potencial de arrancarse sus máscaras, e incluso si son capaces de hacerlo el cambio puede no ser muy importante. Básicamente, sólo los Hollows del tipo Menos son los únicos que llegan a convertirse en Arrancar con un evidente cambio y un aumento de poder que deba ser tenido en cuenta. Aunque la Sociedad de Almas ha tenido noticias de los Arrancar naturales desde mucho tiempo atrás, sólo tras la traición de Aizen el proceso de Shinigamificación (entendido como tal a convertir un Hollow en Arrancar) se ha extendido y se ha perfeccionado considerablemente, gracias a la acción de la Hōgyoku. Este artefacto, creado por Kisuke Urahara es capaz de romper la barrera entre Hollows y Shinigamis al ser activado por reiatsu muy potentes (del orden del doble a un Capitán convencional) y permitir la existencia de híbridos entre ambas razas, por lo que Aizen lo ha usado para aumentar los niveles de los Arrancar existentes y crear otros nuevos, mucho más poderosos que los Arrancar naturales.
Al contrario que los Hollows, los Arrancar tienen una forma humanoide. Al convertirse en Arrancar, las posibilidades de que un Hollow adquiera una forma humana incrementan con su inteligencia, y sólo los Vasto Lorde tienen un 100 % de probabilidad de conseguirlo. Esta nueva forma retiene los recuerdos Hollow, así como algunos restos residuales de su pasado, como son la presencia de fragmentos de la máscara Hollow y los agujeros propios de esta raza, si bien es cierto que pueden cambiar de localización y disponerse en otras zonas del cuerpo diferentes a la cara y al tórax, respectivamente. Mientras que algunos Arrancar muestran claramente estos elementos que delatan su origen Hollow, otros prefieren disimularlos según diversos ardides.
Además de adquirir tamaño y forma humanoide en la mayoría de los casos, los Arrancar también obtienen una Zanpakutō. Sin embargo, las Zanpakutō de los Arrancar no son fragmentos del alma, como ocurre con los Shinigamis, ni pueden considerarse entes vivos, sino que son simples recipientes de la forma Hollow "verdadera" de su usuario. En su forma sellada, estas Zanpakutō suelen tener también forma de katana, aunque existen numerosas excepciones, y en algunos casos ni siquiera son armas de filo, algo que no ocurre con las Zanpakutō Shinigamis. Así, las liberaciones de los Arrancar son simplemente una restauración temporal de sus poderes como Hollow y la recuperación de algunos de los elementos de su antiguo aspecto. El acto de librar una Zanpakutō Arrancar es llamado resurrección, y se realiza pronunciando un comando de activación seguido del nombre del arma, de forma similar a como ocurre con el shikai de los Shinigamis. El nivel de estas liberaciones depende directamente del nivel del propio Arrancar, y puede llegar a equipararse al bankai de los Capitanes Shinigamis en el caso de los Espada. Los Arrancar menos poderosos son incapaces de sellar el exceso de poder en una Zanpakutō, mientras que otros prefieren tenerlo constantemente liberado, como ocurre con Iceringer y Demōra.